¿Las microempresas y vendedores informales pueden gestionar sus desechos de manera eficiente y que ayude a su economía? O acaso, ¿Es viable manejar los desechos con modelos de gestión apegados al medio ambiente como microempresas? Para este artículo se recopiló información de varias microempresas y vendedores ambulantes para descubrir modelos de gestión a nivel medioambiental.

Una microempresa es un negocio pequeño que emplea a un número muy limitado de personas y tiene ingresos anuales relativamente bajos. Por otro lado, un vendedor informal es aquel que realiza actividades comerciales sin registrar formalmente su negocio, sin estar obligado a cumplir con los requisitos legales y fiscales establecidos para las empresas.

Los modelos de gestión sostenible son esenciales para abordar los desafíos ambientales que enfrentamos en la actualidad, estos buscan optimizar recursos, reducir impactos ambientales, promover la eficiencia energética, adoptar tecnologías limpias, reducir emisiones y costos, lo que beneficia tanto al ambiente como a las empresas.

Dentro de los modelos de gestión sostenible, la economía circular aprovecha los residuos como materia prima para otros productos, creando un ciclo de vida que minimiza el impacto ambiental. Aunque este enfoque genera beneficios económicos y ambientales en Europa y Norteamérica, en países latinoamericanos este modelo enfrenta mayores obstáculos.

Basta con salir a caminar por unos minutos para darse cuenta que existe mucha gente que emprende, personas que se despiertan a las 5 de la mañana preparándose para abrir su negocio, personas que trabajan todo el día para obtener dinero y mantener a su familia, personas que sin importar lo difícil que se ponga la vida salen adelante y aun así son personas que se toman el tiempo de cuidar el medio ambiente.

La señora Carlota Mejía, una vendedora informal de libros que suele ubicarse en las calles Hermano Miguel y Padre Touloup, nos cuenta cómo sin saberlo su negocio se basa, en rasgos generales, en la economía circular, en este caso la señora Carlota compra libros usados que luego vuelve a vender, además la vendedora lleva los ejemplares deteriorados a la planta de reciclaje generando un pequeño ingreso y velando  por el medio ambiente.

En una de las secciones de carnicerías y marisquerías en el mercado 9 de octubre de Cuenca los vendedores reutilizan las fundas grandes que les llegan con los pescados y mariscos como bolsas de basura además los cartones que no son útiles los emplean para mantener el suelo limpio. Cabe mencionar que no es aconsejable reutilizar las fundas que tuvieron contacto con carne cruda en actividades cotidianas, debido al riesgo de contaminación cruzada. Sin embargo, su reutilización como bolsas de basura es una práctica excelente que reduce la cantidad de residuos generados.

En el mismo mercado nos encontramos a Doña Gladys quien aparte de reutilizar las fundas como bolsas de basura, también reduce aún más los residuos regalando los huesos blandos, cabezas de pollo entre otros residuos del pollo y cárnicos a sus clientes, quienes dan estas sobras a sus mascotas y con más prioridad regala los sobrantes a los perritos callejeros, si bien no es recomendable que un perro se alimente exclusivamente de huesos, probablemente es la única comida que tiene estos caninos al día. Nos demuestra que podemos cuidar el ambiente mientras que ayudamos a sus seres más vulnerables.

Muchos emprendedores también se preocupan por el medio ambiente, nos explican que no solo las grandes empresas deberían protegerlo, si no desde los más pequeños hasta los más grandes, como nos comenta la dueña de un pequeño café que a pesar de que el cuidado del ambiente algunas veces es costoso, es necesario asumir la responsabilidad que cada uno tiene, opinión que comparten muchos emprendedores.

Existen modelos increíbles de gestión de residuos pero debemos entender que no solo las grandes empresas generan desechos, incluso como microempresa o vendedor informal se tiene una obligación con el ecosistema, no se debe olvidar que la magnitud de esta responsabilidad varía según la naturaleza y la cantidad de los desechos generados.

La responsabilidad ambiental no solo implica reciclar o generar pocos desechos sino también en el buen manejo de estos, como por ejemplo, las microempresas joyeras y alfareras, que emplean productos químicos como solventes, ácidos y metales pesados tienen un potencial impacto negativo en la salud y en el entorno ambiental,  por lo cual es esencial una gestión adecuada de estas sustancias.

Bibliografía

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