Caminando hacia un futuro pacífico y sostenible

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Ing. Willian Carrión

Ingeniero Ambiental graduado de la Universidad de Cuenca.

Actualizado: 06/01/24

En este mundo somos caminantes, que a veces caminamos sin conciencia.

Se nos está pasando la vida sin entender que la paz con la naturaleza es la paz del ser humano. Quizás entendemos que la paz individual es importante, pero hemos olvidado lo sostenible que es alcanzar una paz colectiva. Pero hay esperanza, mientras respiremos hay esperanza de contribuir a la construcción sólida de una cultura de paz y de un ambiente sostenible. 

Colaborar en este objetivo es un derecho y una responsabilidad de todos. Sin embargo, el ímpetu innato de la juventud, la creatividad y la gran capacidad de sobreponerse a los problemas, hacen que este grupo de la sociedad asuma el compromiso de proponer y liderar tareas que nos acerquen cada día a un mundo mejor. Y sí, a través del tiempo sobre la tribuna se han mantenido discursos literarios, filosóficos y políticos de los que surgen ideales para consolidar la paz. Ideales que ahora más que nunca necesitan sostenerse en el pensamiento de la juventud.

Entonces, si de ideales me preguntan, déjenme escribir, déjenme por favor que mi bolígrafo responda sus preguntas. Desde un ambiente familiar, desde la cercanía con la literatura y el servicio en la ciencia puedo mencionar con certeza que un mundo en paz se vive cuando mujeres y hombres gocen en igualdad de oportunidades, cuando todos puedan alimentarse, y no sufran de hambre niños y abuelos. Cuando la población vulnerable tenga acceso a la atención en salud integral y exista una educación digna hasta en los pueblos más pequeños. Cuando por la calle podamos caminar con seguridad y sin miedo. Cuando el trabajo y la vivienda no sean únicamente perspectivas políticas, sino una realidad, un hecho. Cuando aún en el tiempo dispongamos de agua en los ríos y de alimento, cuando las tierras continúen siendo fértiles y veamos todavía danzar abejas sobre los huertos. Cuando aún podamos disfrutar de la biodiversidad y ecosistemas, de limpios mares, de paisajes y del viento.

Sin embargo, un futuro en paz será posible alcanzar cuando empecemos a respetar los límites planetarios y cuanto antes reduzcamos la forma de consumir para que únicamente se produzca lo necesario. Sin olvidar, que este cambio cultural es personal y también comunitario. Sin olvidar, que la paz se alcanza practicando el amor, la humildad, el diálogo, la tolerancia, la verdad, la justicia y el respeto.

Esperen un momento, de la cartelera surge otra importante pregunta: ¿cómo pueden los jóvenes trabajar juntos para alcanzar un futuro pacífico? Después de preguntarle a la conciencia he resuelto que, el primer paso que deben cumplir los jóvenes es organizarse en sus comunidades, y junto a las autoridades proponer ideas para resolver los problemas puntuales (Más aquí). Los líderes juveniles de colegios y universidades deben reunirse para diseñar planes educativos sobre ética y valores, cuidado del medio ambiente, uso racional del agua y la energía, nutrición y creación de huertos familiares. La idea es que los jóvenes gestionen juntos para que esta información se transfiera a través grupos en establecimientos educativos, barrios y comunidades. Asimismo, para promover la paz, en esta era tecnológica es indispensable la ayuda de creadores de contenido, que al trabajar juntos con estudiantes de universidades podrían colaborar en la difusión de este tipo de contenido basado en la ciencia a través de redes sociales. Sin embargo, para alcanzar esta tarea es necesario que nos escuchen nuestros padres, profesores, políticos e intelectuales; necesitamos la ayuda de grupos religiosos, de trabajadores sociales, así como de fundaciones y organizaciones no gubernamentales.

Estoy seguro de que hemos entendido que la paz se alcanza cuando se respetan, protegen y cumplen los derechos humanos, pero debemos entender que la paz únicamente se puede alcanzar si los derechos de la naturaleza también son respetados. En este punto, sin politizar quiero citar el “Sumak Kawsay” o “Buen vivir”, frase de nuestros pueblos indígenas en Ecuador; que significa vivir con dignidad satisfaciendo las necesidades básicas, pero en armonía con nuestro propio ser, con las diferentes culturas y en armonía con la naturaleza. Entonces hagamos de la paz un derecho sostenible. Evitemos el colapso del planeta por nosotros y por nuestros seres queridos. Porque, aunque no sea padre, en mi familia tengo dos razones fundamentales para no desear este suceso. Uno de ellos tiene 8 años, y del otro su formación está en proceso.

Y ahora te pregunto ¿cuáles son tus razones?

Recursos

Voces por la Tierra: Helena Gualinga y su lucha por la amazonía ecuatoriana. Enlace al artículo

Jóvenes afro-ecuatorianos rescatan su propia historia. Enlace al artículo

Primer encuentro de jóvenes por los derechos humanos y la paz se realizó en Guayaquil. Enlace al artículo